
El Sevilla jugará la final de la Europa League el próximo 21 de agosto en el Estadio Rhein Energie de Colonia. El equipo de Lopetegui luchó con tenacidad y tesón y consiguió remontar un partido complejo. El Manchester United se adelantó en el marcador nueve minutos después de iniciar el partido.
El Sevilla nunca se rinde, lucha hasta el final y se crece ante las adversidades. Lo ha vuelto a demostrar en una noche de infarto. El Manchester United no le puso las cosas fáciles al conjunto hispalense. Tan sólo nueve minutos después del inicio del encuentro el conjunto inglés se adelantaba en el marcador dejando una semifinal casi sentenciada. Sin embargo, nada ni nadie pudo mermar la ilusión y el esfuerzo del conjunto sevillista. Unos minutos después, en el minuto 26 de partido, Suso marcó un gol. Un gol que significó mucho más que un empate.
Tesón, lucha y trabajo
Durante los primeros quince minutos de la segunda parte, el conjunto inglés dominó el partido con absoluta claridad. El Manchester City tuvo varias ocasiones claras para adelantarse y sentenciar la semifinal de la Europa League, pero el portero del Sevilla, Bounou, estuvo simplemente espectacular.
Los errores se pagan y no sentenciar, significa el adiós por la lucha por el título. Y es lo que le ocurrió al equipo de David de Gea. Finalmente en el minuto 78 un gol de Luuk de Jong sentenciaba el partido. Hasta el final del partido, el equipo hispalense vivió unos minutos agónicos y muy largos. El trabajo tiene su recompensa y el Sevilla jugará la final de la Europa League por sexta vez en su historia.
El Sevilla ha demostrado de nuevo ser uno de los grandes equipos de España. Pase lo que pase el próximo 21 de agosto, el Sevilla ha completado un año futbolístico espectacular. Ser cuartos en LaLiga les permite jugar la próxima temporada la Champions.
Semana negra en Europa
Un equipo español jugará la final de la Europa League, tras una semana negra para los equipos españoles que han visto como caían uno tras otros en la máxima competición. El debacle empezó con la derrota del Real Madrid contra el Manchester City de Pep Guardiola. Un día más tarde lo hacía el Atlético de Madrid contra el Leipzig. Un partido a priori accesible para los de Simeone. Y sin lugar a dudas, la hecatombe final la ha firmado el Barcelona. El equipo catalán vivía el mayor de los ridículos futbolísticos tras perder dos a ocho contra el Bayern de Múnich. Una derrota que traerá consecuencias como la destitución del entrenador Quique Seitén y la marcha de algunos jugadores.